La seguridad, el cumplimiento de los estándares y el consumo de memoria son los factores decisivos a la hora de escoger un navegador
Una forma sencilla de comprobar cómo ha cambiado la Red es el estudio de la evolución de los navegadores web desde sus inicios hasta hoy, sobre todo a través del desarrollo de sus aplicaciones. Éstas, creadas para acceder a las diferentes páginas web, se han dotado de un mayor número de prestaciones que han contribuido a mejorar su acceso al mismo tiempo que a proteger a los usuarios de los ataques fraudulentos. El cumplimento de los diferentes estándares, necesarios para visualizar de forma correcta una web, así como las necesidades cada vez más exigentes de las páginas, hacen de la elección de un navegador la primera decisión importante en el momento de formar parte de Internet.
Mientras que hace unos años Internet Explorer era el líder indiscutible con una penetración en el mercado superior al 90%, la aparición de nuevos navegadores y las novedades incorporadas en los ya existentes han cambiado esos porcentajes, con una bajada entre un 20% a un 30% en el uso de Internet Explorer y una subida equivalente en la utilización de otros navegadores.
El mejor para:
- Navegar de forma rápida: Firefox
- Personalizar con complementos: Firefox
- Cargar rápido una página: Firefox
- Accesibilidad a las páginas web: Safari 4 y Opera 9
- Monitorizar la actividad de los menores: Internet Explorer 8
- Navegar de forma privada: Internet Explorer 8
- Entretenimiento y miniaplicaciones: Opera 9
Los cuatro navegadores son opciones recomendables para cualquier tipo de usuario, ya que implementan las medidas de seguridad y la gestión de recursos para facilitar la navegación por Internet. La diferencia radica en las necesidades de cada uno.
Desean saber más?, visiten el artículo escrito por Antonio Delgado Barrera en CONSUMER EROSKI.
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